Humanos 1.0: bienvenidos a la era del transhumanismo
- ¿Te gustaría desarrollar nuevas capacidades sensoriales que te permitan experimentar la realidad de múltiples formas?
- ¿Te gustaría no envejecer, no enfermar, y tal vez, ser inmortal?
- ¿Te gustaría tener una súper inteligencia, muy superior a la humana?
Si has respondido afirmativamente a una sola de las preguntas, has caído redondo en las redes del Transhumanismo.
Con estos y otros interrogantes, Antonio Diéguez inicia su libro «Transhumanismo, la búsqueda tecnológica del mejoramiento humano».
El trashumanismo es un movimiento tecnológico y cultural que promueve el mejoramiento humano a través del uso de la ciencia. Para ello, se apoya en las tecnologías emergentes NBIC (Nanotecnología, Biotecnología, Tecnologías de la información, Cognitiva o Inteligencia artificial), que prometen un futuro perfecto: eterna juventud, fin de la enfermedad, muerte de la muerte, súper inteligencia, telepatía y seres mejorados (psicológicamente) ya no tendrán sentimientos tan negativos como el odio o la venganza.
Con estas promesas tan atractivas, ¿quién podría resistirse a tanto encanto?
Sin embargo, si eres de los que compra por impulsividad, ¡ten cuidado!, porque en esta ocasión las ofertas no tienen devolución. Por muy prometedoras que resulten, cada una de estas tecnologías, o no están desarrolladas, o tienen su lado oscuro.
Las tecnologías generan conflictos cuando el usuario final entra en contacto con ellas, y en el caso -por ejemplo- de la Inteligencia artificial, que utiliza algoritmos desde hace mucho tiempo, estamos viendo solo muy recientemente los sesgos que generan, y que representan un gran peligro de exclusión.
Los transhumanistas nos han clasificado como humanos 1.0, por ser el resultado de la evolución; así que el siguiente paso son los Humanos 2.0, cuya única evolución posible será a través de la implantación de tecnologías.
El problema es que estas tecnologías, no son unas gafas, o una prótesis, sino que estarán instaladas dentro de nuestro cuerpo, conectadas a internet y transmitiendo en vivo información sobre nosotros.
En el caso de la promesa de la desaparición de la enfermedad de la longevidad (que ya viene sucediendo desde hace unos años), se afirma que nos implantarán nanorobots, capaces de reparar las partes afectadas del cuerpo. Sin embargo, a pesar de que la nanotecnología ha avanzado tanto que incluso hoy las lavadoras tienen este sistema, pues resulta que los humanos aún no la toleramos (no somos electrodomésticos).
En el caso de la súper inteligencia, Neuralink afirma que se nos insertará un chip en la cabeza, que será capaz de leer nuestros pensamientos, y transmitirlos en vivo. ¿Pero a quién? Mi pregunta es ¿y qué van a hacer con toda esa información?
Por otro lado, es necesario pensar que, hasta ahora, todas, o casi todas las tecnologías médicas han sido asumidas por la seguridad social. Sin embargo, cuando se habla de la promesa de la inmortalidad, en Estados Unidos existe una empresa que ya está criogenizando cadáveres, y cobra hasta 800.000 dólares por hacerlo.
Además, todas las investigaciones acerca de exoesqueletos, visión láser, y generación de piel, etc., están siendo financiadas por empresas privadas, ya que el transhumanismo también es un buen negocio.
Así que, si estás pensando es ser transhumanista, prepárate para entregar tu privacidad y tu billetera a la tecnología.